CRONOS Y KAIRÓS EN EDUCACIÓN

Después de asistir a las Jornadas de Innovación en Educación Infantil, organizadas por el grupo 0-6 del Institut de Ciències de l'Educació de la UAB, del que tengo el honor de formar parte; me surgieron muchas reflexiones. ¡Pero muchas! Reflexiones que ya estaban, que ya habían formado parte de mi consciencia a lo largo de todos los años que llevo dedicándome a la educación, pero que, quizás, no me había tomado el suficiente TIEMPO de llevarlas a un plano más dialéctico y, por qué no, compartirlas con vosotros.


Voy actualizando el blog con cuentagotas, lo sé, me es difícil encontrar tiempo, y justo de eso quiero reflexionar en esta entrada, del TIEMPO. Permitirme que lo escriba en mayúsculas, porque considero que se lo merece. No sé cómo funciona esto, pero el TIEMPO cada vez pasa más rápido, ¿es posible? ¿puede nuestra consciencia temporal jugarnos esta mala pasada? ¿es posible perder el TIEMPO? ¿y ganarlo? ¿cómo?


Escuchar a Joan Domènech, autor del libro Elogio a la educación lenta, siempre es un honor; pero escucharlo hablar del respeto hacia el TIEMPO de los niños y niñas, es un placer para los oídos de cualquier profesional de la educación. 

Nos recordó la existencia de Cronos y Kairós. Cronos es el Dios del TIEMPO, según la mitología griega, hijo del Cielo (Urano) y la Tierra (Gea). Representa el TIEMPO cronológico, es el Dios que devora, el TIEMPO que pasa. Kairós, por su parte, representa el momento adecuado; el TIEMPO que necesitan las cosas. En esta secuencia también encontramos a Aión, que es el TIEMPO eterno.

Llevando estos conceptos griegos al terreno educativo, nos encontramos con un Cronos que nos marca un inicio y un final en los tiempos, en el día a día en casa, en la escuela... De tal a tal hora suceden unas cosas y de tal a tal hora, otras. Es un marco cultural y social, un invento humano que nos sirve para controlar el TIEMPO (y aquí me planteo: ¿el tiempo se puede controlar?).


Kariós es el TIEMPO que necesitamos para que algo suceda. El TIEMPO que necesitan los niños en su proceso evolutivo, en lograr nuevos retos, en adquirir conocimientos, en construir su aprendizaje... ¿Tenemos en cuenta en las escuelas y en las casas qué TIEMPO necesitan nuestros niños y niñas? Si los vemos a todos por igual, miraremos las curvas de crecimiento y nos preocuparemos si están por debajo... si tienen 7 meses y todavía no se sientan solos... si tiene 15 meses y no caminan... si tiene 5 años y no lee ni escribe... pero... ¿ha tenido el TIEMPO suficiente para que esos logros sucedan? 

¿Qué hacemos los adultos para respetar este TIEMPO que necesitan los niños y niñas? El Cronos es evidente, pero ¿cómo acogemos el Kairós en educación?


Y más allá, ¿qué hacemos con Aión? Este TIEMPO eterno, que no tiene ni inicio ni final, sino que siempre está ahí. Aión nos recuerda esa cultura de infancia, aquellas acciones y situaciones que forman parte del hecho de ser niño y que, por mucho que pasen los años, seguirán siendo así. Aquellas acciones que cuando las observamos en una criatura nos remueven ecos del pasado y nos hacen sentir cierta nostalgia, de cuando el TIEMPO, para nosotros, no era Cronos, sino Kairós. Porque, ¿qué consciencia de TIEMPO tienen los niños y las niñas? Ellos viven en un aquí y un ahora que a los adultos nos cuesta de dejarlos sentir, porque el futuro nos aprieta más que el presente; un presente que, tal y como dice su nombre, es un regalo que permitimos que se nos escape de las manos porque hay que planificar el futuro. En esta rueda temporal en la que "negamos" el presente encontramos niños de infantil que están siendo preparados para primaria; niños de primaria que se preparan para secundaria; jóvenes de secundaria que se preparan para bachillerato; jóvenes de bachillerato que se preparan para la universidad; jóvenes en la universidad que se preparan para la vida... ¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿? No le encuentro el sentido. Al final todo se resume en perder o ganar TIEMPO preparándose para la vida, ¡una vida que ya se está viviendo! Que existe desde el momento de la concepción . Prepararse para ser alguien en la vida, ¿y no son ya alguien, los niños?


Al final Cronos gana la batalla devorando todo por su paso. Nos olvidamos de que Kairós es el Dios de la oportunidad y pasa muy rápido, y si no cogemos al vuelo su único mechón de pelo, habremos perdido el aquí y el ahora. ¡Os deseo una feliz pérdida de TIEMPO!

Comentaris

  1. Et felicito per aquesta gran reflexió!

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  2. Muy necesaria tu reflexión en los tiempos que corren. Gracias :) Anna Micaela

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